miércoles, 12 de octubre de 2011

La casa del árbol

La casa del árbol de Iris rivera
¡ Otra vez me mandaron al rincón y me quedo sin ver los dibus de la tarde!.
Fue por el pino que compró mi papá. Y porque se vació el tanque de agua mientras dormía la siesta mi hermanita… (Que se durmió mi mamá también, como dos horas). Y justo cortaron la luz. Y nosotros, sin agua. Y yo, al rincón.
La luz ya vino, pero igual me quedo sin ver los dibus de la tarde.
Es alto hasta mis rodillas, el pino. Mi papá lo plantó en el terreno. En el fondo lo plantó.
Yo tengo tres amigos: Matías, Lenadro y Mariano. Con Fernando que soy yo, somos cuatro.
Nos divertimos joya en el terreno. Y más cuando duerme la siesta mi mamá. Y más ahora que está el pino que me llega hasta las rodillas. Porque cuando el pino crezca y se venga más alto que el techo, nosotros planeamos hacernos una casa. De esas casas en el árbol nos vamos a hacer. La vamos a armar con maderas. Ya estamos juntando los palos en el fondo.
Hicimos una pila y Matías las tapó con bolsas por si llueve. Leandro trajo una lata de la casa de él y ahí guardamos los clavos. El abuelo de Mariano nos dio un montón y el tío capaz que nos presta en martillo, porque mi papá esas cosas dice que no me presta. Que por ahí me reviento un dedo, dice.
Yo sé dibujar bien y por eso soy el que tengo que hacer los planos. Ya hice unos y mis amigos estaban de acuerdo.
Pero mi hermanita me los mamarrachó todos. Yo, de bronca, le escondí la muñeca articulada y la hice llorar al los gritos pelados. Un poco también por eso me mandaron al rincón. Y más bronca me da porque ahora tengo que hacer los planos de nuevo.
La casa del árbol va a tener una escalera para poder subir cuando estemos abajo y para poder bajar cuando estemos arriba. Es fácil hacer una escalera, porque ponés dos palos así y después les vas clavando palitos cortos así, así y así. Es fácil si te prestan el martillo.
También va a tener el techo de palos con hojas y ramas por arriba para que sea más fresca adentro.
Le vamos a hacer una puerta que se abra y con cortina y todo. La cortina es fácil porque la hacemos con un trapo de la bolsa de mi mamá. Si tenés calor la atás con un hilo en el medio y listo. Así entra aire.
A la siesta nosotros vamos a estar en la casa del árbol. Y a la noche también. Yo no tengo miedo. Mariano tampoco. Total…nos conseguimos una linterna como las que hay en mi cocina, pero que tenga pilas. A la linterna la colgamos del techo con un alambre. En el galpón de mi casa hay un rollo así de alto de alambre.
Nos podemos hacer una mesa también, Matías sabe. Y nos llevamos juegos y chizitos. ¡Joya! Nos podemos hacer camas con unas colchas viejas.
Mi abuela tiene. Capaz me preste. Y después estamos ahí, tramamos planes, trucos… ¡va a estar buenísimo!
Capaz que salgo pronto de la penitencia, porque ya vino la luz y mi mama pudo llenar el tanque. Es una exagerada mi mamá. Nosotros no hicimos una travesura grave como dice ella. Ni siquiera fue una travesura eso. Pero no lo quiere entender.
Ya sé que le vaciamos el tanque, que estaba casi lleno. Entre los cuatro, haciendo pasamanos con los baldes se lo vaciamos. Pero ¿Qué quiere mi mamá? El pinito recién me llega hasta la rodilla a mí. ¿No se da cuenta? … ¿Cuánto va a faltar para que hagamos la casa del árbol sino lo regamos bastante, eh?

No hay comentarios:

Publicar un comentario